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- Debemos tener varios signos para las palabras -dijo Syme seriamente-, palabras que probablemente necesitaremos, pequeños matices de significado. Mi palabra favorita es "coetáneo". ¿Cuál es la suya?.
- Deje de hacer el payaso -dijo el profesor algo melancólico-, no sabe lo serio que es esto.
- También "frondosa" -dijo Syme sacudiendo la cabeza sagazmente-, tenemos que incluir "frondosa", palabra aplicada a la hierba, ¿lo sabía?.
- ¿Acaso se imagina -preguntó el profesor furioso- que vamos a hablar con el doctor Bull de hierba?.
- Hay muchos contextos en los que puede aparecer el término -dijo Syme reflexionando-, y en los que puede introducir la palabra con naturalidad. Podríamos decir: "Doctor Bull, como buen revolucionario recordará que hubo una vez un tirano que nos aconsejó comer hierba, y, ciertamente, muchos de nosotros, viendo la frondosa hierba de verano...".
- Pero -dijo el otro-, ¿no comprende que esto es una tragedia?.
- Por supuesto -respondió Syme-, pero siempre me pongo cómico en las tragedias. ¿Qué demonios se puede hacer?. Creo que este lenguaje que usted ha inventado tiene más alcance. ¿No lo podríamos ampliar a los dedos de los pies?. Eso significaría que tendríamos que quitarnos las botas y los calcetines durante la conversación, lo cual, por muy discretamente que lo hiciéramos...
- Syme -dijo su amigo con sencilla severidad-, váyase a la cama.
- Debemos tener varios signos para las palabras -dijo Syme seriamente-, palabras que probablemente necesitaremos, pequeños matices de significado. Mi palabra favorita es "coetáneo". ¿Cuál es la suya?.
- Deje de hacer el payaso -dijo el profesor algo melancólico-, no sabe lo serio que es esto.
- También "frondosa" -dijo Syme sacudiendo la cabeza sagazmente-, tenemos que incluir "frondosa", palabra aplicada a la hierba, ¿lo sabía?.
- ¿Acaso se imagina -preguntó el profesor furioso- que vamos a hablar con el doctor Bull de hierba?.
- Hay muchos contextos en los que puede aparecer el término -dijo Syme reflexionando-, y en los que puede introducir la palabra con naturalidad. Podríamos decir: "Doctor Bull, como buen revolucionario recordará que hubo una vez un tirano que nos aconsejó comer hierba, y, ciertamente, muchos de nosotros, viendo la frondosa hierba de verano...".
- Pero -dijo el otro-, ¿no comprende que esto es una tragedia?.
- Por supuesto -respondió Syme-, pero siempre me pongo cómico en las tragedias. ¿Qué demonios se puede hacer?. Creo que este lenguaje que usted ha inventado tiene más alcance. ¿No lo podríamos ampliar a los dedos de los pies?. Eso significaría que tendríamos que quitarnos las botas y los calcetines durante la conversación, lo cual, por muy discretamente que lo hiciéramos...
- Syme -dijo su amigo con sencilla severidad-, váyase a la cama.
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